El liderazgo es la base de cualquier empresa, sin importar el giro o el tamaño de la misma, sin embargo, no saber cómo encaminarlo hará que los trabajadores no cumplan con sus metas y objetivos, además de no sentirse motivados, lo que sería perjudicial para el negocio.
La confianza que se deposita en el capital humano fomenta su crecimiento, por ello, es importante evitar convertirse en un jefe que esté constantemente revisando cada uno de los pasos que se dan dentro de la compañía, pues esto, de una u otra manera lo que hace es poner en duda las habilidades de los empleados, además de que se está reproduciendo la práctica del micromanagament o microgestión, que se refiere a una supervisión extrema de los detalles.
Identifica el micromanagement
José L. Pinheiro, consultor y especialista en temas de liderazgo y management, refiere que algunos de los síntomas que indican que un equipo sufre de micromanagement son:
Obsesionado con el jefe y no con el cliente, aceptar tareas sólo para complacer al jefe, sentir constantemente que está bajo supervisión, las decisiones siempre deben ser aprobadas por el gerente, como empleado se tiene temor a compartir su opinión, no hay posibilidad de desarrollar la creatividad o la innovación, el equipo se siente desmotivado y el trabajo pierde la calidad.
Ahora bien, aunque este panorama es muy desalentador, una de las acciones del liderazgo es romper con estos patrones que perjudican no sólo a la empresa, sino al personal que es quien saca adelante a la misma con sus habilidades y profesionalismo.
Crea una cultura empresarial
Define cómo se hace el trabajo ¿Qué se espera de los integrantes? ¿Cómo incorporar procesos que permitan la autonomía de los equipos? Aclara estos procesos y ponlos en marcha.
Concéntrate en las fortalezas y delega
Asigna a las personas tareas adecuadas dependiendo de su experiencia y perfil. Conoce a tu equipo, recuerda que cada uno tiene habilidades específicas que se pueden aprovechar par sacar adelante diversos proyectos.
Transforma tu gestión del desempeño
Lejos quedaron los objetivos anuales que sólo se revisaban al término del año, hoy en día todo se mueve constantemente, lo que obliga a las empresas a ajustar sus objetivos dependiendo del contexto.
Prioriza el desarrollo y la capacitación
Un equipo debe estar en constante cambio y adaptarse a los diferentes contextos que demande la organización. Esto significa que los colaboradores necesitan adquirir nuevas habilidades para desarrollar su trabajo y ganar nuevas responsabilidades.
Fuente: Mundo Ejecutivo / Por: Rosa María Verján Gutiérrez
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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